El área de prevención del fraude en la empresa: control normativo, tecnología operativa y gestión del riesgo cliente





 El área de prevención del fraude en la empresa: control normativo, tecnología operativa y gestión del riesgo cliente

💥El área de prevención del fraude ha evolucionado desde una función reactiva hacia un eje estratégico del cumplimiento normativo, la protección de datos y la gestión del riesgo cliente. Su papel se articula en torno a tres grandes cometidos:

Control preventivo: calidad y proporcionalidad de la base de datos de clientes, diligencia debida en la identificación.

Colaboración operativa: con seguridad informática, cumplimiento normativo y prevención del blanqueo.

Apoyo reactivo: investigación de fraudes internos y externos, asesoramiento en respuesta jurídica y documental.

1. Calidad y proporcionalidad de la base de datos

La base de datos de clientes debe cumplir con los principios del RGPD y la LOPDGDD:

Exactitud, pertinencia y limitación.

Integridad y trazabilidad.

Seguridad y control de acceso.

El área de fraude colabora en la aplicación de la política expresa de admisión de clientes, definiendo filtros de exclusión y criterios de riesgo operativo, crediticio, reputacional y normativo.

2. Diligencia debida ampliada

La diligencia debida ya no se limita al cumplimiento de la Ley 10/2010, sino que se extiende a:

Riesgos de fraude de identidad y falsificación documental.

Riesgos de crédito y cobro.

Riesgos de protección de datos y transparencia.

Los procedimientos deben aplicarse según el perfil de riesgo del cliente y del producto, en modalidad normal, simplificada o reforzada, y ser aprobados por la alta dirección.

3. Coordinación con el órgano de control

El órgano de control diseña y supervisa:

La política de admisión de clientes.

Los procedimientos de diligencia debida.

La aplicación operativa en todas las áreas.

El área de fraude participa en grupos de trabajo junto a los departamentos de seguridad informática y prevención del blanqueo, aportando criterios operativos y tecnológicos.

4. Tecnología aplicada al control del fraude

El área de fraude se apoya en:

Plataformas de scoring dinámico.

Sistemas de alertas automatizadas.

Dashboards de seguimiento continuo.

Integración con SIEM y SOAR para correlación de eventos.

La colaboración con seguridad informática permite detectar patrones de fraude no técnico, como inconsistencias en la operativa o accesos indebidos.

5. Cultura de cumplimiento y trazabilidad

El área de fraude contribuye a la implantación de una cultura de cumplimiento mediante:

Formación operativa en riesgos cliente.

Supervisión de la aplicación de procedimientos.

Documentación de evidencias y cadena de custodia.

Su papel es transversal, y debe estar representado en los comités de control y en la definición de políticas internas.


📌 Esta entrada actualiza el análisis publicado en octubre de 2017 sobre el área de prevención del fraude. Para quienes deseen contrastar ambos enfoques, pueden consultar la publicación original aquí.

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