Galbraith y el rearme europeo: una lectura desde El nuevo estado industrial
Hace unas semanas retomé la lectura de El nuevo estado industrial de John Kenneth Galbraith, y me sorprendió lo vigente que resulta, especialmente el capítulo XXIX, dedicado al sistema planificador y la carrera de armamentos. En un contexto como el actual, donde Europa se replantea su política de defensa, las ideas de Galbraith ofrecen una lente útil para entender lo que está ocurriendo, más allá de las etiquetas ideológicas.
El sistema planificador y la industria de defensa
Galbraith describe cómo las grandes corporaciones operan bajo una lógica de planificación interna, alejadas del mercado libre. En este modelo, la industria militar ocupa un lugar especial: no produce para consumidores, sino para el Estado, que garantiza demanda, inversión y continuidad. Esta relación genera una interdependencia estratégica entre gobiernos y empresas.
Hoy, Europa está incrementando su gasto en defensa, con países que se acercan al 5% del PIB. Este cambio responde a la guerra en Ucrania, a la presión geopolítica y a las exigencias de Estados Unidos dentro del marco de la OTAN. España, por ejemplo, ha anunciado aumentos significativos en su presupuesto militar, en línea con esta nueva orientación.
¿Una exigencia política o estructural?
Si bien algunos líderes estadounidenses han expresado con firmeza la necesidad de que Europa refuerce su gasto en defensa, esta presión no se limita a declaraciones puntuales. Responde a una lógica más profunda: el complejo militar-industrial norteamericano —lo que Galbraith denominaría “tecnoestructura”— necesita aliados que inviertan en tecnología, sistemas de defensa y cohesión estratégica. En este marco, el rearme europeo se convierte en parte de una planificación compartida, donde la seguridad y la economía se entrelazan.
Vigencia de Galbraith
Lo interesante no es juzgar el rearme, sino observar cómo se articula dentro del sistema planificador descrito por Galbraith. La industria de defensa europea, en colaboración con empresas estadounidenses, se convierte en un espacio donde la planificación sustituye al mercado, y donde las decisiones estratégicas se vinculan a objetivos económicos, tecnológicos y diplomáticos.
¿Y ahora qué?
Este proceso plantea preguntas relevantes para España y Europa:
• ¿Cómo equilibrar el gasto en defensa con otras prioridades sociales?
• ¿Qué grado de autonomía estratégica puede mantener Europa?
• ¿Estamos ante una nueva forma de planificación económica impulsada por la seguridad?
Galbraith no ofrece respuestas cerradas, pero sí una forma de mirar el mundo que sigue siendo útil. En tiempos de cambio, entender las dinámicas profundas puede ser más valioso que tomar partido.
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